Una persona comienza a ganar peso y engordar desde el momento que adquiere malos hábitos alimenticios. Se ha comprobado a través de distintos estudios recientes, que el sedentarismo toma forma en la vida de una persona a partir del consumo exagerado de azucares, tabaco y alcohol.
Y por supuesto, dentro de los malos hábitos también entran en juego lo que representan las drogas y alucinógenos en general. ¿Por qué una persona adquiere una vida sedentaria a partir de sus malos hábitos? La respuesta se encuentra en lo que supone el impacto que se realiza en el cerebro.
El cerebro, cómo bien has de saber, representa el sistema nervioso central. Lograr estimular el cerebro es muy fácil. Algunos acuden al goce del sexo, otros al disfrute del buen dormir y otros a la liberación de dopamina que les proporciona las golosinas, la comida rápida, entre otros.
La razón por la que el azúcar es tan dañino
El azúcar y su efecto en el sistema circulatorio representan hoy en día una de las alternativas más sencillas para estimular al sistema nervioso central. Si te comes un helado, en un periodo máximo de diez minutos, tu cuerpo habrá elevado su ritmo sanguíneo, ejerciendo una sensación de placebo.
Este placebo es fruto de la dopamina liberada en bajas proporciones por el efecto del sabor dulce. Tu cuerpo ya está predeterminado a ejercer ese efecto de placer, debido a que has crecido asimilando que las golosinas en general tienen esa virtud. Solo que en la mayoría de las ocasiones no eres consciente.
De modo que cuando una persona empieza a consumir alimentos cargados de altos niveles de azúcar, su cuerpo actúa en consecuencia. Tu estilo de vida cae en un discreto círculo vicioso de malos hábitos y te parece placentero consumir alimentos de la misma categoría: snacks, refrescos, golosinas y helados.
Los malos hábitos solo te producen un efecto placebo
Para las personas que acuden al consumo de bebidas alcohólicas o el tabaco, el efecto es aún más intenso. El modo en que tu disposición anímica asimila el efecto de estos malos hábitos alimenticios, en el confort de una vida sedentaria. Le dices adiós al ejercitarse y te parece algo aburrido.
Curiosamente, el nivel de dopamina que se libera a través de la actividad física suele ser mucho más elevada que la que puede proporcionarte los malos hábitos alimenticios. Y es que en el momento en que decides colocarte a prueba tu resistencia física, tu cuerpo comienza a liberar endorfinas.
Estas endorfinas son los neurotransmisores que se hacen cargo de liberar la dopamina. Permite que las neuronas se agrupen y dejan que la energía fluya a través de estas. Las endorfinas también suelen liberarse cuando realizas actividades tan placenteras como lo es el sexo.
Aprendiendo a decirle no a los malos hábitos alimenticios
Lo que ocurre con los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo, es que las personas aprenden a refugiarse en ambos como la solución más fácil para encontrar el efecto de la dopamina. Así que la lucha entre mantenerse en ese estilo de vida y aceptar un cambio hacia lo más saludable, es un poco “doloroso”.
Sin embargo, si eres inteligente, puedes dejar los malos hábitos de manera progresiva. Sí, será un poco difícil decirle adiós al alcohol, el tabaco o las golosinas. La estrategia consiste en comenzar a reemplazar el consumo de estos productos, por comida más saludable y que te brinde mayor energía.
Sencillamente, el primer paso se encuentra en tener una alimentación más frugal y una dieta más balanceada. Cuando asimilas ese tipo de alimentación, tu mente empieza a cambiar de perspectiva. Tú mismo cuerpo te informa de lo fantástico que es tener un cuidado de quien eres.
De modo que lentamente todos esos productos que te producen placebo, empiezan a ser sustituidos. Así, muy pronto vas a percibir que tu energía desea liberarse a través de actividades más saludables. Y es entonces cuando el sedentarismo deja de ser un problema. Ahora quieres salir de esa rutina.
Buscar la liberación de endorfinas a través de otras actividades
Y es a partir de este punto, que le puedes decir adiós a los malos hábitos. Claro, podrás darte el gusto de tomarte una buena copa de vino o una buena cerveza ocasionalmente, pero ya habrás entendido el efecto perjudicial en el que puedes caer si dependes de los estimulo sensorial que esto te provoca.
Además, podrás encontrar en la actividad física, la liberación de endorfinas que necesitas para sentir el placer que necesitas en tu vida cotidiana. Y obviamente, también puedes acudir a emociones fuertes como lo es el sexo. Si aprendes a usar el efecto de las endorfinas, aseguras un sano estilo de vida.
Si quieres realmente cambiar tu estilo de vida a uno mucho más saludable, comienza entonces a valorar hasta qué punto estás cayendo en la dulce tentación de alimentarte con golosinas, depende de los efectos de las bebidas alcohólicas o alimentarte con comida rápida.
Aprender a descubrir esto, te ayudará a ordenar tus sentimientos y alejarte de una vida sedentaria.