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El ayuno intermitente es una forma de regular tu organismo para reducir peso. Y como lo indica su nombre, implica ayunar regularmente, para que tu cuerpo se adapte a consumir menos. Para muchas personas es una forma fantástica de regular su metabolismo y educar su apetito para no seguir subiendo de peso.

Dependiendo del tipo de ayuno que quieras vivir y tu cuerpo esté dispuesto a asumir, podrás ver los resultados. Si realmente tienes el objetivo de bajar esos kilos demás a través del ayuno intermitente, es importante que prepares tu mente para cumplir los periodos de tiempo en los que no vas a comer.

¿Cuál es el camino a seguir? Algunas personas que practican el ayuno intermitente simplemente se saltan el desayuno de la mañana. Es decir, solo se alimentan durante el almuerzo y la cena. Otras personas que siguen un ritmo más agresivo, dejan de comer entre almuerzo y almuerzo; es decir 1 vez cada 24 horas.

Los pros del ayuno intermitente

Hay razones muy positivas para atreverse a vivir este tipo de ayuno. El principal, como se mencionó anteriormente, es que vas a educar a tu cuerpo para no ceder tanto a las tentaciones de tu apetito. El ayuno intermitente te ayudará a descubrir cuáles son tus malos hábitos alimenticios y a valorar los alimentos saludables.

Cuando llega el momento de alimentarse, la ansiosa espera te ayudará a reconocer lo que en realidad necesitas son alimentos que te proporcionen energía. Además de esto, dejar ese espacio en tu estómago regulará tu metabolismo.

Quizá el pro más fundamental tiene que ver con la oportunidad de darle un descanso a tu sistema digestivo. Tu cuerpo no tendrá la necesidad de estar trabajando con tanta constancia. Eso te permite ahorrar energías. Esto impacta directamente sobre los niveles de tu colesterol y regula la insulina.

Los contras de un ayuno intermitente

Sin embargo, también existen unos aspectos a considerar sobre el ayuno. El principal tiene que ver con que, ante la falta de alimentación, puede ocurrir que tu apetito se torne voraz y angustiante. El reprimir tu deseo de no comer puede potenciarse y entonces llegará al punto donde urgentemente tendrás que decirle adiós a este tipo de dieta y entregarse a las glorias del buen comer.

Este fenómeno es también conocido en el mundo de las dietas como el efecto rebote. Acontece cuando la persona reduce el peso considerablemente, tal como ocurre tras un procedimiento quirúrgico como el Bypass gástrico. Los músculos empiezan a usar la grasa almacenada para suplir metabólicamente al cuerpo.

Pero llega un momento donde la necesidad de comer obliga a tu cuerpo a ir en busca de más, para volver a abastecer a tus músculos de grasa, porque genéticamente y desde hace millones de años, el cuerpo humano viene trabajando así. Y es en esa etapa de volver a comer donde puedes recobrar más del peso que perdiste.

Además de esto, la dieta intermitente puede generarte:

• Ansiedad y estrés.
Irritabilidad.
• Aceleración del ritmo cardiaco.
• Falta de sueño.
Fatiga e insomnio.
• Falta de concentración e incoherencia de pensamiento.

¿Cuál es la mejor fórmula para el ayuno intermitente?

No es fácil definir cuál es el mejor método para practicar un ayuno intermitente. En realidad, todo depende exclusivamente de ti y cómo puedes afrontar el proceso de dejar de comer, tal como vienes haciéndolo ordinariamente. Hay personas que descartan el desayuno o el almuerzo solo dos veces a la semana.

Otras que deciden hacerlo un día de por medio o descartar por completo las cenas de toda la semana. Hay incluso los que se arriesgan a ayunar durante todo un día. También están los que establecen que el periodo de horas sin comer es de 16 horas.

La mejor estrategia para iniciar un proceso de ayuno intermitente es aplicarlo de manera moderada. Por ejemplo, empezar con no alimentarse con el desayuno de a día de por medio. Después, al reconocer que te has adaptado, procedes a hacerlo todos los días. ¡Y así!

De esa manera te puedes garantizar que no estés acumulando esa ansiedad que te haría explotar después y te lleve entonces al otro extremo, el de querer equilibrar la balanza en el placer de comer por comer.