Sí, a veces nos gustaría dar más de lo que podemos y mejorar la productividad. Es bastante frustrante encontrarse en situaciones donde te sientes bloqueado y no puedes dar más de tu talento. Incluso, la frustración atrae un gran estrés, al ver como el tiempo empieza a marchar en contra nuestra.
¿Cómo lograr desbloquear esos momentos? ¿Cómo conseguir que nuestro tiempo sea más eficiente? ¿Cómo permitirse ser más productivo y completar con satisfacción nuestras tareas? Si estás buscando ideas que permitan aclarar tu pensamiento y potenciar tus actividades, ten en cuenta los siguientes tips.
Procrastinar
¿Procrastinar? Sí, procrastinar. ¿Qué es lo que pasa cuando tu odio se acumula ante algo que te fastidia? ¿Qué ocurre cuando tu mente se enfoca en eso que te molesta y entre más le prestas atención, más te sientes irritado? Algo similar ocurre cuando tu productividad disminuye y entras en estado de bloqueo.
¿Qué tal si en vez de autocastigarte por no ver resultados te das un respiro? Tómate unos diez o veinte minutos para recrear con tu mente con algo que te gusta. Revisa las noticias del día, saluda tu pareja por WhatsApp, observa que hay de nuevo en tus redes sociales. Vas a ver lo mucho que se despejará tu mente en ese periodo y cómo volverás a la acción con todo tu potencial.
Toma agua y respira
Muy de la mano al punto anteriores es importante que te mantengas hidratado. Es importante que en determinados momentos hagas una pausa para que seas consciente de tu respiración, te reconozcas vivo y puedas realizar un poco de ejercicios de estiramiento para dilatar tu tensión muscular.
En otras palabras: establece prácticas de pausas activas que te permitan despejar tu mente, tus emociones y tu compromiso con eso que estás haciendo. Retornarás al trabajo con una gran satisfacción.
Establece un horario de trabajo
Establecer un horario para mejorar tu productividad es negociar contigo mismo y determinar que es lo más importante. Crear un horario te permite visualizar una ruta de trabajo, ordenar tus ideas y reconocer cuál es el mejor camino para despejar las responsabilidades.
Evaluar un horario te permite incluso reconocer que tan emocionado estás para afrontar un desafío grande, o bien, si es mejor evacuar las tareas más sencillas para, igual que en un videojuego, enfrentarte al boss final con la satisfacción de haber derrotado a las tareas anteriores.
Ordena tu espacio de trabajo
Claro que sí. Una manera fácil de potenciar tu energía y mejorar tu productividad se encuentra sencillamente en organizar tu espacio de trabajo. La mente tiene la capacidad de reconocer tu entorno y a partir de ahí establecer tus grados de emocionalidad.
A veces, levantarte de tu asiento y colocar las cosas en el lugar adecuado, le informará a tu mente y a tu cuerpo que has despejado la “zona”. Si trabajas desde casa y tienes los platos sucios en la cocina, el ejercicio de lavarlos te ofrecerá una pequeña satisfacción de que has desbloqueado otra tarea que tarde o temprano tenías que realizar.
Así, con tu propio espacio en orden, obtendrás una satisfacción para trabajar con una sensación fresca de comodidad.
Duerme bien
¡Importantísimo! Si realmente ves que la productividad en tu trabajo está cayendo en picada, es porque necesitas descansar mejor. Si observas que te estresa tu trabajo y no te sientes satisfecho con tus resultados, entonces empieza por cuestionarte sobre hasta qué punto estar durmiendo bien.
El cuerpo merece un descanso cotidiano. Y el sueño es una de las facetas más importante para que el cerebro esté en paz. Mira bien si es mejor dejar de ver esa serie en Netflix que te obliga a acostarte después de las 11:00 p.m. y dormir más profundamente.
No ser multifuncional
¡Una cosa a la vez! Calma: para todo hay tiempo. No te llenes de tantas tareas. Deja que las cosas se vayan desbloqueado una a una. Intentar hacer todo no te concederá un Guinness Record. Lo único que ganarás una alta cuota de estrés y ver que cada tarea no obtuvo su mejor calidad.
Meditar
Nada más fantástico para mejorar la productividad que serenándote y organizando tus ideas. Si necesitas colocarte en posición meditativa, a la manera de lo que haría un monte budista, está bien. Si no lo consideras necesario, lo importante es que te tomes un tiempo para ti, para respirar, para ser consciente de que no eres un robot.
Tienes tareas por cumplir: sí, es cierto. Pero a quien más debes prestarle atención es a ti mismo. Permite que estos momentos de meditación, que pueden ser de 5 a 10 minutos al día, te ayuden a valorarte y reconocer la importancia de tu propio trabajo.